Las clásicas "bombitas" ya tienen fecha de vencimiento: 31 de diciembre de 2010. A partir de ese día en el país no se podrán importar ni comercializar las llamadas lámparas incandescentes, que desaparecerán de las góndolas, tal como lo establece la flamante ley 26.473 que ayer fue publicada en el Boletín Oficial.

A partir de la vigencia de la norma que forma parte del plan de ahorro de recursos energéticos, el Centro de Educación al Consumidor (CEC) reclama que en su reglamentación el Gobierno contemple una campaña de información para los usuarios. "En sus hogares deberán afrontar un gasto inicial importante porque las de bajo consumo cuestan hasta seis veces más que las incandescentes", señala Susana Andrada, presidenta de la entidad. Se estima que una familia tipo que vive en un departamento de tres ambientes debe reemplazar al menos unas 12 lámparas; mientras que si habita una casa la cifra sube a 17. Si cada lámpara de bajo consumo cuesta, en promedio, 15 pesos, las familias tienen que desembolsar entre 180 y 255 pesos. "La gente debe tener la información suficiente, por ejemplo, sobre la vida útil real de estas lámparas y cómo incide en ellas un encendido y apagado continuo, algo que puede ocurrir en algunos lugares de la casa o en los pasillos de los edificios", afirma Andrada. Rosario Espina, coordinadora de la campaña contra el cambio climático de Greenpeace, dice que "el reemplazo de las lámparas seguirá siendo gradual; en 2008 ya se cambiaron 5 millones de lámparas". Y agrega que "permiten ahorrar más de la mitad del consumo en iluminación de una casa que representa el 30% de la factura de luz".

"En general, en los hogares no hace falta hacer adaptaciones porque las de bajo consumo tienen la misma rosca que las incandescentes", dice Rubén Amarilla del área de marketing de Osram, uno de los tres fabricantes líderes de lámparas en el mundo. El mercado ofrece una amplia variedad de lámparas: desde las más chicas de 5 watts (equivalentes a las incandescentes de 25 watts, conocidas como lamparita gota) hasta las de 100 watts que equivalen a una incandescente de 250 watts, que se utilizan, por ejemplo, para iluminar amplios espacios al aire libre. Tienen una vida útil seis veces superior a las incandescentes: 6.000 versus 1.000 horas de uso. Se presentan en diferentes formatos: de tubos rectos, espiraladas y con forma de "bombita", como las incandescentes. También ofrecen tres tipos de color de luz: blanco cálido que brinda una iluminación más amarillenta; blanco frío, que da mayor claridad; y luz/día que ofrece un blanco más azulado. Los precios van de $12 a $19 (las estándar), según la potencia y el formato. Las que soportan encendidos y apagados continuos sin alterar su vida útil cuestan $30.