El jueves de esta semana arranca el último año de vida útil para las lámparas incandescentes en el país, ya que a partir del 31 de diciembre de 2010 estará prohibido producirlas, importarlas y venderlas en el mercado interno.
Ese día entrará en vigencia la ley que prevé que todos los argentinos utilicen bombitas de bajo consumo para ahorrar energía. Así, 2010 marcará el final de las lámparas incandescentes en Argentina y con ellas desaparecerá también la tradicional producción nacional en esos productos.
A partir de entonces comenzará a regir la prohibición total de uso y comercialización de las lamparitas incandescentes, impuesta por la ley 26.473 oficializada en el Boletín Oficial meses atrás.
«Prohíbese, a partir del 31 de diciembre de 2010, la importación y comercialización de lámparas incandescentes de uso residencial general en todo el territorio de la República Argentina», dice la ley.
Debido a la nueva medida, la única fábrica argentina especializada en la producción de bombitas eléctricas, la tradicional OSRAM, cerrará sus puertas.
De esta forma, avanza en su estrategia de meterse de lleno en la era de las lámparas de bajo consumo para ahorrar energía eléctrica y destinarla a la producción.
Para conseguirlo, el Gobierno nacional comenzó en enero de 2008 el programa de canje de dos lámparas de bajo consumo por bombitas tradicionales. A través del plan, en dos años entregó más de 5 millones de lámparas de bajo consumo.
Se trata de un trabajo realizado por la Nación, provincias y municipios, y también personal de Edesur, Edenor y Edelap, y de la Asociación de Consumidores y Usuarios de la Argentina (ADECUA).