En esencia, la ley “posibilitará el derecho en todo el país de que el usuario pueda autoconsumir e inyectar a la red energía renovable”, establecerá “un piso de las normas que se deberán cumplir en la instalación” y marcará “un antes y un después, será el nacimiento del usuario generador”, resume el diputado oficialista Juan Carlos Villalonga en diálogo con ámbito.com.

• Generar, consumir, inyectar El primer paso será superar la evaluación técnica, luego de la cual el usuario-generador y el distribuidor suscribirán un contrato de generación eléctrica bajo la modalidad distribuida. “Se trata de incentivar el autoconsumo residencial, que la generación sea para autoabastecerte. Si vos consumís todo lo que generas, cada kw/h es uno menos que consumís de la distribuidora, es decir, al precio mayorista. Pero si te sobra te pagarán un valor menor (se conoce como sistema net billing), por lo que si generas 100 kw/h te conviene consumirlos todos”. Si existiese un excedente monetario por los kilowatt-hora inyectados a favor del usuario-generador, quedará un crédito para la facturación de los períodos siguientes. De persistir, se podrá solicitar al distribuidor la retribución del saldo favorable acumulado.

“Un equipo básico para una casa sale unos $70 mil”, afirma el legislador. Desde ahí, el precio se va incrementando de acuerdo a las dimensiones. Se estima que la compra tarda en amortizarse de cinco a ocho años, con una vida útil de entre 20 y 25. “Requiere un 50% del tiempo, o menos, para amortizarse y luego es gratis. La ecuación tiene que ser razonable, si no cualquier persona con esa plata va a preferir cambiar el auto”, razona. Por lo general, para alimentar con electricidad una vivienda mediana se necesitan varios paneles solares, o módulos fotovoltaicos, interconectados entre sí y fijados por una estructura metálica, que se pueden instalar sobre el techo, en el patio o el jardín.

En principio, abastecen sin problemas la iluminación y electrodomésticos de consumo medio, como la tv, equipos de audio o computadoras, pero para un lavarropas, heladera o freezer, se necesita un equipo de tamaño más grande.

Además habrá que contar con un dinero adicional para cambiar los medidores convencionales por otros bidireccionales, que registran tanto el consumo como la generación de energía eléctrica. El acuerdo con las empresas es que la colocación de los nuevos medidores debe costar lo mismo que los tradicionales, para que no haya gastos excesivos que desincentiven el traspaso. También se seguirá pagando el cargo fijo a la distribuidora, necesaria para inyectar la energía y tener un respaldo en caso de que la generación no alcance para el autoabastecimiento. Dos detalles: la distribuidora hará la transacción con el propietario del inmueble, quien tendrá que hacer la inversión salvo que llegue a algún acuerdo con el inquilino.

Otro punto a tener en cuenta son los distintos niveles de radiación solar que tiene cada región del país, lo que brindará más o menos horas de autonomía. ¿Cómo medirlo? Es un terreno en el que aún estamos en sombras. La Red Solarimétrica Argentina, nacida en 1975, llegó a contar con 47 estaciones de medición, pero la falta de inversión la sacó de funcionamiento. La Universidad de Luján con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) confeccionan un mapa mensual sobre la radiación solar en la pampa húmeda, pero el avance definitivo debería darlo la esperada red EnArSol, un proyecto para recolectar datos en tiempo real con 30 estaciones interconectadas y distribuidas en todo el país. A grandes rasgos, la zona de radiación más favorable es el noroeste, en el resto del país es aceptable y disminuye en algunos puntos del sur, en especial en Santa Cruz y Tierra del Fuego.

• Hogares y pymes

El proyecto está dirigido a todos los clientes de distribuidoras que no integren el grupo de los grandes usuarios, sean residenciales o no.

“Las pymes ya están haciendo cuentas y se dan cuenta de que será conveniente, porque tienen altos consumos y pagan una tarifa cara, por lo que la amortización será más rápida. Además tienen la capacidad de invertir. Para los residenciales se piensa casi exclusivamente en paneles solares, pero para un establecimiento industrial o agropecuario aparece la posibilidad de generar energía con biogás u otras fuentes “, señala el diputado.

Fuente: Ambito.com