La parálisis social y comercial a simple vista observada durante el partido entre la Argentina y Nigeria por la Copa Mundial de fútbol tuvo una constatación cuantitativa. Ese día, entre los minutos previos a la contienda deportiva -que comenzó a las 11- y las 11.30, la demanda de electricidad bajó un 6% en todo el país, según confiaron al diario La Nación fuentes del sector energético.
Los voceros precisaron que la caída alcanzó los 800 MW, pasando de unos 14.000 MW, poco antes de las 11, a 13.200 MW entre las 11.25 y las 11.30, cuando promediaba el primer tiempo del debut de la Argentina en Sudáfrica y el seleccionado de fútbol ya ganaba 1 a 0. Según estimaciones de las compañías distribuidores de energía, no hay eventos comparables de los últimos años en los que el descenso haya sido tan abrupto en tan corto lapso.
Fuentes de Edesur explicaron que una baja de 100 MW, como la registrada en el área de concesión de la empresa (al sur de la avenida Rivadavia en la Capital, más 12 partidos del conurbano), equivale a que 100.000 clientes residenciales dejen de consumir electricidad por completo simultáneamente. Por lo tanto, la disminución global de 800 MW puede evaluarse como que 800.000 hogares argentinos apagaron todas las luces y desenchufaron todos los artefactos eléctricos de la casa. No obstante, semejante reducción -dijeron los expertos- sólo puede obedecer a una fuerte baja de la actividad no sólo doméstica, sino también comercial, ocasionada por la pasión que cada torneo mundial despierta en nuestro país por el equipo local, cuya actuación lleva a postergar obligaciones y otros quehaceres.