Los trabajos de conclusión de la usina atómica de Atucha II, que las autoridades reclaman con premura, insumirán este año recursos a un ritmo de entre 240 y 300 millones de pesos por mes. Atento a la revalorización que registró el peso en los últimos siete años respecto del momento más crítico de la emergencia económica arrojará un saldo acumulado de casi u$s1.000 millones al término de este ejercicio.

Además de la desvalorización que soportó el dólar en estos años, también debe contemplarse que la suba de los costos de terminación de Atucha II es resultado del proceso de recuperación que exhibieron las remuneraciones del personal de la construcción entre el 2003 y el 2009. A tal punto fue el ritmo de esa mejora salarial confrontada respecto de la divisa norteamericana que en el 2002 un dólar soportaba hasta 2,4 horas de trabajo de un operario de ese sector, mientras que actualmente equivale a sólo 30 minutos de tareas.

En su último año de obras Atucha II permite apreciar que los trabajos pesados ya están prácticamente finalizados, tal como se aprecia con la sala de control de esa central que posee 1.200 tableros de seguimiento de su reactor, de sus equipos auxiliares, de la máquina de carga de combustibles nucleares y de otros parámetros que hacen a la operación segura de esa usina del tipo de recipiente de presión de tecnología alemana.

Problemas técnicos

En el transcurso de una visita realizada el viernes se logró apreciar que Nucleoeléctrica Argentina hizo durante el largo período en que las obras estuvieron paralizadas (1994-2006) una impecable tarea de conservación. Solamente se detectó como problema apreciable que el rotor del generador, que fue remitido nuevamente a Alemania para su reacondicionamiento, acusaba trazas de óxido presumiblemente producto de la humedad marina proveniente del prolongado período de dieciocho meses en que ese componente estuvo alojado en el puerto de Rotterdam, tras la crisis del 2001. Tras el retorno de ese rotor en marzo próximo Nucleoeléctrica comenzará, tal como lo postula la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), la progresiva puesta en marcha de paneles mixtos programables por software en la sala de control, que trabajarán en forma redundante y paralela con los instrumentos clásicos de registración propios de la década del ’80. A la hora de mensurar la tarea faltante debe recordarse que sobre un total de 32 millones de horas/hombre previstas para la ejecución completa de Atucha II todavía resta afrontar, por parte de los 5.000 técnicos y operarios ocupados en esa usina, la realización de 10 millones de horas/hombre. En tanto transcurren las tareas finales de montaje y alistamiento de sus equipos, Nucleoeléctrica ya tiene 280 personas preparándose en tareas inherentes a la puesta en marcha de ese reactor de potencia (745 MW) capaz de entregar unos 5.500 GWh al año, o sea casi el doble que la usina hidroeléctrica de El Chocón.

Fuente: Prensa OCEBA

Aspecto de la Central Atucha II