Las obras de Atucha II siguen avanzando. Se terminó de construir la nueva toma de agua que ejecutó Dycasa, sobre el río Paraná, y se instaló la planta de desmineralización de agua cruda, que en su momento se compró a la francesa Degremont.
Las obras de terminación de la usina atómica de Atucha II, que debió entrar en funcionamiento en 1987, recomenzaron a partir de noviembre de 2006. Fue una decisión política adoptada cuatro meses antes por el ex presidente Néstor Carlos Kirchner, que ocupa más de 5.000 operarios y técnicos, en la etapa actual, donde han comenzado a predominar los técnicos del rubro eléctrico.
La porción mayor de las actividades que tienen lugar en Atucha II se concentran en la parte convencional del sistema de generación que se moverá con el vapor producido por ese reactor del tipo de recipiente de presión (PHWR). Pese a las implicancias que tuvo sobre la economía local la crisis financiera global que estalló a partir de septiembre de 2008, los pagos de los certificados de avances de obras de Atucha II se encuentran al día. Eso evidencia la importancia que desde el gobierno se asignó a la finalización de ese proyecto energético.
En la actualidad, frente a un total de seis carpas en las que bajo atmósfera presurizada se conservaron durante muchos años importantes componentes de esa central atómica, hoy sobreviven dos de esos depósitos transitorios que serán definitivamente erradicados en menos de cuatro meses. A la hora de justipreciar el esfuerzo económico puesto en juego en la prosecución de Atucha II, si bien inicialmente se habló de una inversión faltante de casi u$s800 millones, hoy en día no existen casi dudas de que el completamiento y puesta en marcha de ese reactor de 745 MW insumirá un total cercano a los u$s1.800 millones. Esa diferencia de costos surgió porque al llevar adelante las tareas de relanzamiento de ese proyecto energético se resolvió, por ejemplo, encargar a Siemens la provisión de todo un nuevo instrumental y sistemas de control y operación de Atucha II de última tecnología, que llevó a Nucleoeléctrica Argentina a la firma con ese holding alemán de un contrato de suministro de equipos de automatización por u$s40 millones.
Claro que buena parte de la inversión enfocada a la terminación y puesta en marcha de Atucha II también se extendió a todo el conjunto de la actividad nuclear. Ése fue el caso por ejemplo de la Empresa Neuquina de Servicios Integrados (ENSI), que tiene por objetivo elaborar el agua pesada que va a moderar la reacción en cadena del reactor de Atucha II. Para elaborar 200 toneladas de agua pesada por año, la planta de Arroyito requiere de 2 millones de metros cúbicos de gas natural por día. Atucha II necesita 600 toneladas.

Vista de la planta de Atucha II